
Las pantallas se han vuelto un imprescindible de nuestro día a día, tanto en adultos como en niños, la presencia de dispositivos tecnológicos, a la hora de consumir los alimentos principales (desayuno, almuerzo y cena) se han convertido en un elemento mas de la mesa, desconociendo los efectos negativos que traen para nuestra salud.
Por lo anterior no es raro escuchar, de muchísimos padres, la siguiente frase “mi hijo no me come si no es viendo “muñequitos” en la televisión o en un aparato electrónico, y prefiero que lo use y vea, a que la hora de la comida se convierta en una batalla.”
Nuestra preocupación como padres, en cuento al adecuado crecimiento y desarrollo de nuestros pequeños, nos lleva a ser permisivos frente al uso de pantallas durante la alimentación; sin embargo, es importante que antes de permitirlo conozcamos los efectos negativos que éstos tienen frente a la salud.
Cuando comemos frente a un “distractor electrónico” el niño pierde la oportunidad de aprender a comer por imitación, de identificar y conocer los alimentos, entender cuáles son los que mas le gustan y cuales no. Así mismo se inhibe la conciencia, lo que hace que no se conecte de manera adecuada con las sensaciones de hambre y saciedad innatas en el ser humano, por lo tanto pueden terminar comiendo más o menos de los que su cuerpo realmente necesita.
Es importante tener en cuenta que el proceso de “comer” en los niños va mucho más allá de que sólo “reciban comida” crear hábitos y rutinas de alimentación saludable se reflejado en una vida saludable desde su niñez hasta la adultez.
Bríndale a tu pequeño la oportunidad de aprender a disfrutar los alimentos. Desde el inicio de la alimentación complementaria permítele: ver, oler, tocar, sentir, degustar y entender un mundo de colores, texturas, formas y temperatura de los alimentos que preparamos para ellos.
Lo anterior le enseñara a tu pequeño a crear hábitos saludables y cuidar su salud, pues estudios afirman que niños que comen frente a las pantallas son más sedentarios, más selectivos en la elección de alimentos y más vulnerables a tener sobrepeso u obesidad.
Creemos juntos buenos hábitos y no permitamos perderemos de la unión familiar, compartir y aprendizajes valiosos alrededor de la mesa y la familia.
Por: Juliana Ramírez, nutricionista infantil