
Sabemos que como padre, siempre quieres lo mejor para tu pequeño… que no deseas que éste experimente ninguna clase de dolor o malestar y que harías cualquier cosa por suprimir cualquier estado de vulnerabilidad que pueda presentar.
Sin embargo en nuestro afán por “eliminar” cualquier tipo de molestia, dolor o malestar que presentan nuestros pequeños, caemos en el error de la automedicación pediátrica, una practica que desde nuestra experiencia como cuidadores de la salud, no recomendamos bajo ninguna circunstancia.
¿Por qué es tan mala automedicación en bebés y niños?
Al no tener conocimiento y experiencia médica, se tiende a interpretar de manera superficial y errónea los síntomas y signos de alarma que presenta el niño, lo que desencadena en muchas ocasiones, en tratamientos innecesarios e inadecuados que pueden poner en peligro la salud y vida de tu hijo.
¡No todo medicamento es bueno para todo, ni lo que le sirve a una persona le sirve a la otra! Para sugerir y administrar un medicamento, se requiere de la evaluación de múltiples factores como:
- Conocimiento de la enfermedad (experiencia médica)
- Contexto en el que se inician los síntomas
- Características específicas del bebé o niño (edad, sexo, antecedentes de salud, estado de vacunación, peso, talla, hábitos entre otros)
- Evaluación física
- Posibles efectos adversos como alergias y/o complicaciones que el paciente pueda presentar. Lo cual se evalúa conociendo los componentes de los medicamentos, más los antecedentes de salud.
Razones para no automedicar a tu pequeño:
- Diagnóstico equivocado: Al no saber la causa real de los síntomas, se puede administrar un medicamento no indicado que oculte la verdadera enfermedad y retrase la posibilidad de tratar adecuada y oportunamente la enfermedad de base.
- Errores en la dosis: Una dosis incorrecta puede llegar a desencadenar en intoxicación, efectos adversos o poca efectividad de la misma si la dosis es dada en menor medida a la que se requiere.En el caso de haber suministrado antibióticos sin ser necesarios, se cae en la posibilidad de provocar resistencia y poca o nula efectividad cuando realmente lo requiera.
- Reacciones adversas. Riesgos de reacciones adversas como erupciones cutáneas, vómitos o diarreas.
- Muerte.
Si bien hay situaciones como gripa, fiebre, diarrea, entre otros que luego de haber tenido una asesoría y evaluación previa del pediatra, podrías saber cómo actuar y qué tipo de medicamento usar; sin embargo, la recomendación será siempre: toda decisión que tomes, con respecto a la medicación de tu pequeño sea previamente consultada con tu médico de confianza.
A continuación compartimos algunas preguntas frecuentes que hemos recibido de nuestras madres y que seguro también tu puedes tener y muy seguramente no requieren medicación:
1. ¿Mi bebé recién nacido no ha realizado sus deposiciones en dos días, puedo ponerle un supositorio o darle jugo de ciruela?
Recuerda que en la etapa en la que se encuentra tu bebé, las deposiciones pueden ser: cada toma, cada día o incluso tardar una semana completa y ser normal. Si quieres conocer más sobre las deposiciones del recién nacido, haz clic aquí
2. ¿Mi bebé tiene pujo, ¿qué puedo darle?
Te contamos que el pujo es una situación normal e indolora que presentan los bebés entre los 0 y 3 meses de edad, en algunos podría presentarse hasta el sexto mes de vida. Esto de debe a la inmadurez de su sistema digestivoNo es necesario medicarlo, ya que esto no genera dolor ni riesgo en salud. En los dos links que te comparto a continuación, podrás encontrar más información sobre esta situación aquí
3. Mi hijo recién nacido tiene gripa, ¿qué le puedo dar?
Muchas madres tienden a confundir el reflujo gastroesofágico, situación que al igual que el pujo, es normal entre los 0 y 3 meses de edad con la gripa.Es importante que preguntes a tu médico cuales son las medidas antireflujo que puedes hacer en casa para evitar que esto suceda y aplicarlas. Así mismo es importante que limites las visitas de familiares y amigos que presenten síntomas respiratorios, congestión o gripa para evitar que tu bebé sea contagiado. De llegarse a presentar dicha situación, es importante que antes de automedicarlo consultes con tu pediatra cuál es el adecuado manejo de esta situación. Recuerda que cada paciente es único y diferente, por tanto lo que le sirva a uno, no necesariamente le servirá al otro.
Para conocer las causas del reflujo y sus diferencias con el pujo, haz clic aquí
4. Mi bebé tiene deposiciones líquidas, creo que es una diarrea ¿qué le puedo dar?
La OMS define como diarrea la deposición, tres o más veces al día (o con una frecuencia mayor que la normal para la persona) de heces sueltas o líquidas. La deposición frecuente de heces formes (de consistencia sólida) no es diarrea, ni tampoco la deposición de heces de consistencia suelta y “pastosa” por bebés amamantados.
Es muy importante que tengas claro que la presencia de heces liquidas no siempre es sinónimo de diarrea, pues dependiendo de la edad y el tipo de alimentación que le estés ofreciendo a tu pequeño, la consistencia de las deposiciones puede variar, por ejemplo:
Recién nacidos:
Consistencia: líquida
Frecuencia: una después de cada comida, una al día o incuso una cada 8 días y ser completamente normal.
6 meses:
Consistencia: Cremosa o pastosa
Frecuencia: Diaria
Para conocer más sobre las deposiciones haz clic aquí
5. Mi bebé, vomita luego de cada toma de seno o de fórmula ¿Qué puedo darle?
El reflujo gastroesofágico es una condición que se presenta de forma normal en todos los seres humanos. Los adultos lo presentamos más o menos 50 veces por día, pero no es perceptible en la mayoría de los casos, y cuando lo es, nos hace consultar al médico, ya que en la mayoría de los casos altera nuestra calidad de vida.
En los bebes el reflujo se presenta con mayor frecuencia por la inmadurez de su sistema digestivo al nacer. Dicha inmadurez genera que se presenten síntomas como: vomito, regurgitación (devolución de pequeñas cantidades del leche como cortada en boca) babeo, ronquido y rumiación (comen lengua) de manera natural. Dichas situaciones al igual que el pujo son transitorias, es decir que se presentan en los primeros meses de vida e irán desapareciendo sin necesidad de ofrecer ningún medicamento al bebé.
Para entender un poco mas esto y conocer cuales son las medidas antirreflujo que debes realizar para que esto se presente en menor frecuencia, haz clic aquí
6. Mi hijo tiene malestar, veo que tosas las mamas dan analgésico, ¿puedo darle a mi bebé?
Los niños en general nacen inmaduros y es durante los primeros 7 años de vida que desarrollan y fortalecen los diferentes procesos, necesarios para afrontar una adultez normal.
La fiebre es un síntoma de alerta que nos indica que el cuerpo puede estar siendo “atacado” por algún virus o bacteria y que son parte del proceso, necesaria del proceso de maduración del sistema de defensas del cuerpo (sistema inmunológico) a lo largo de la niñez.
La fiebre es un síntoma importante y benigno que nos ayuda a estar alertas mientras desaparece, ya que ésta puede generar malestar general y otros síntomas como inapetencia y desasosiego. Los pediatras ayudamos a los niños a vivir el proceso de una forma menos incomoda, ordenando medicamentos que controlen la temperatura y le permitan mejorar el malestar mientras el cuerpo se defiende.
Pueden mantener el analgésico en casa pero pregunten a su pediatra cuál es la dosis, cantidad y frecuencia correcta según el peso, antecedentes de salud del paciente.
Si quieres saber más sobre qué es y cómo dar manejo a la fiebre de tu pequeño haz clic aquí
7. A mi hijo no le gusta su formula, y siento que le cae mal, me recomienda una por favor
Es importante esclarecer que las formulas maternizadas usadas para alimentar a los niños son una alternativa para las personas que no producen suficiente alimento materno o que presentan situaciones especiales de salud por intolerancia a algunos componentes de la leche o alergias alimentarias.
Existe una situación al inicio de la vida de los bebes que puede ser mal interpretada por los padres como que “le esta cayendo pesada la leche a mi bebe, tiene cólico” y es el pujo, razón por la cual incurren en cambios frecuentes de formulas e incluso suspenden la leche materna innecesariamente por desconocimiento.
Es importante que quien ordene los cambios de lactancia a fórmula o de una fórmula a otra, sea el profesional de la salud (pediatra). De esta manera, se asegurará de conocer y detallar las razones por las cuales es necesario hacer un cambio en la alimentación del bebé.
Juan David Londoño Restrepo
Médico pediatra y fundador de Soy tu Pediatra.