Si estás recién nacido como padre te puede interesar.
Para muchos de los que ya somos padres, podríamos decir que en este periodo los nuevos padres están en los días gloriosos y tranquilos de la crianza. Para los nuevos padres, es un bimestre que trae consigo muchas angustias y dudas pues están en pleno reconocimiento de su hijo, de entender ese lenguaje no verbal que tanto nos inquieta como es el llanto. Les invito a entender un poco qué sucede al respecto, con este post.
El primer bimestre de vida de tu hijo, causa sensaciones encontradas en ambos padres, pues vienen de una rutina clara y sencilla en su día a día, durmiendo bien y teniendo libertad en su manejo de tiempo libre. Cuando un nuevo miembro de la familia llega a casa, se nos vuelve el mundo al revés y nuestra zona de confort se esfuma.
La idea es que no tendría por qué ser de esa manera pues siempre les enseño a mis pacientes que quien llega es quien se adapta. Incorpora a tu hijo(a) a tu ritmo de vida y trata de crear hábitos que se acomoden a tu necesidad. Si tú permites que sea tu hijo(a) quien te marque los tiempos y sus deseos a libre albedrío, tendrás problemas a corto plazo.
A nosotros nos tocó una crianza muy diferente, pues ahora padre y madre trabajan, lo que limita el tiempo y la libertad de las madres nuestras, que podían estar con su bebé 100% del tiempo. Tu vida laboral sigue, por ende tus tiempos libres son cortos y se deben optimizar de la mejor manera.
En este tiempo, piensa desde la primera semana que al día siguiente entras a trabajar y trata de ajustar los tiempos en la levantada y la acostada de tu bebé, creando rutinas y horarios de alimentación, para que una vez cumplas tu dieta tengas a tu hijo(a) ajustado a tus necesidades.